El rol de los municipios en el control de vectores

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El rol de los municipios en el control de vectores

Mucho se habla y se escribe sobre los graves problemas sanitarios que ocasionan los organismos vectores de enfermedades a los seres humanos en las áreas urbanas. Seguramente cuando pensamos en este problema nos surgen de inmediato temas como las enfermedades transmitidas por mosquitos: dengue, zika, encefalitis, etc., y por roedores: hantavirus, leptospirosis, etc.

Evidentemente los mosquitos, especialmente aquellas especies de mayor riesgo sanitario (Aëdes aegypti, A. albifasciatus, otros) deberían ser junto a los roedores (R. norvegicus y otros), objeto de una gran atención por parte de los municipios a partir de la aplicación de “programas sustentables” que incluyan procesos de evaluación sistemática sobre la magnitud sobre la presencia de vectores en las distintas áreas de cada ciudad.

Según encuestas realizadas por esta revista en varios municipios y comunas de la provincia de Santa Fe y norte de Buenos Aires, solo una mínima proporción de ellos tienen previstas acciones de control de vectores, y en general, para ser aplicadas a partir de la demanda del público.

Cabe señalar que, en la mayoría de los casos evaluados, ni siquiera se han previsto partidas de fondos para afrontar los costos que implican estas acciones de control vectorial.

Si bien este año 2020 ha fijado sus prioridades sanitarias de un modo prepotente hacia el control de la pandemia de SARS-Cov2, con resultados hasta ahora al menos discutibles; no por eso los vectores han estado ausentes de la escena urbana. Basta sólo con señalar que el peor brote epidémico de dengue de que se tenga registro aconteció en el último período epidemiológico con casi 55.000 infectados tan solo en la Argentina. Al estar enfocados los medios en la pandemia, el brote pasó casi desapercibido, tanto para el público como para las administraciones gubernamentales.

Creemos que, debería promoverse la implementación de “programas integrales y sustentables para el control de vectores” desde los municipios, considerando, además, que convocar a profesionales y empresas privadas especializadas en la materia, podría ser una excelente opción, sobre todo cuando los recursos disponibles en técnicos y profesionales en control de vectores en las reparticiones públicas son insuficientes.

Para ello, hace falta que se generen espacios de gestión específicos, integrados por especialistas en la materia, y que los mismos sean dotados de presupuestos acordes a lo que necesitan este tipo de programas sustentables de control vectorial.

Solo así se podrán mejorar los entornos urbanos, a partir de un eficiente control de los vectores que ponen en riesgo la salud y la calidad de vida de la población.